miércoles, 21 de febrero de 2018

Jara


JARA (Cistus)

Estos arbustos proceden principalmente de la zona mediterránea, muchas formas de jardín son de origen híbrido.

Sus flores son de brillantes colores y normalmente existen en gran abundancia.

Atraen a las abejas, sobre todo por el polen. que es el mas apreciado de todos, las abejas lo recogen en grandes cantidades en bolitas de gran tamaño y de un color amarillo anaranjado y de buen sabor.

Las flores rara vez duran más de un día, en algunos casos, una sola mañana.

Tanto las silvestres como las de jardín, cuando hace buen tiempo y luce el sol, que de hecho es cuando abren sus flores, pueden atraer muchísimo a las abejas.

La mata silvestre es común en las colinas calizas, lugares en donde sus flores amarillas pueden aparecer con profusión al llegar la primavera.

Cada flor tiene numerosos estambres y da mucho polen, motivo por el cual acuden principalmente las abejas. Lo mismo puede decirse acerca de las clases de jardín que por sus flores de color vivo se escogen a menudo para sembrarlas en rocallas y terrenos pedregosos.

Las épocas de floración varían con las especies. La más temprana parece ser la jara común o negra (C. ladani/erus), de hojas pegajosas y flores blancas que aparecen ya en febrero. Las demás especies suelen florecer en primavera, por los meses. de abril y mayo; la de floración más tardía es la jaruela o pejiguera (C. hirsutus) que lo hace entre junio y agosto. Otra especie muy corriente es la jarilla o tornillo blanco (C. salviae/oliua), con flores de pétalos blancos con una mancha amarilla en la base; florece de abril a junio. Todas ellas forman matorral, jarales, espesos y abundantes en algunas regiones de España, aunque son plantas muy comunes que se encuentran por casi todas partes.

Las jaras del género Helianthemum, que en la flora española cuenta con bastantes especies, florecen, poco más o menos, por la misma época. Son plantas en general de menor tamaño, y así se las llama jarillas; no obstante entre sus especies más comunes cabe distinguir la jarilla común, ardivieja o jaguarcillo (H. umbellatum) con flores blancas reunidas en umbelas; la perdiguera (H. piloaum); la quirola o alacayuela (H. ocymoides) y muchas otras más que no es necesario citar, pues para conocerlas basta fijarse en sus flores de aspecto característico e inconfundible.

Con respecto a su calidad como plantas melíferas no gozan de muy buena fama.

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