Espino albar Crataegus monogyna
El espino albar o majuelo es un
arbusto muy común; sus bonitas y fuertemente olorosas flores
blancas, que aparecen de abril a junio, son familiares a todo el
mundo.
Dista mucho de ser una planta molesta y vegeta al sol o a la
sombra y en toda clase de terrenos, excepto los turbosos ácidos, en
los que no medra. Con frecuencia es el único arbusto que se ve en
los pastos, donde en ocasiones abunda excepcionalmente para el gusto
del agricultor. Sus cualidades como planta para setos están bien
reconocidas y como valla o defensa natural para campos y cultivos,
resulta insuperable.
Como planta apícola el
espino albar es notoriamente inconstante, pues unas temporadas es un
excelente manadero de néctar, pero no otras, o en unas comarcas sí
y en otras no.
Cuando se presenta el flujo nectáreo del espino albar es,
por lo general, muy rápido, pudiéndose apreciar en la colmena el
olor de las flores mientras las abejas transportan el néctar a los
panales.
Las numerosas formas
ornamentales de espino con flores rojas o rosadas también atraen a
las abejas si son de flores sencillas, pero no cuando se trata de
variedades de flor doble.
La miel del espino albar
es de muy buena calidad.
Normalmente suele ser de
color ámbar obscuro, muy espesa y de un rico y apetitoso sabor.
Debido a su apariencia, esto es, a su color obscuro y densidad, se ha
confundido a esta miel con la de brezo. Usualmente no es clara o
brillante y en ocasiones tiene un matiz verdoso que mengua su
aspecto. El sabor se ha descrito de varias formas, aunque siempre
favorablemente, tales como un exquisito sabor a nueces o parecido al
de almendra.
Las flores de este espino
corrientemente aparecen cuando ya están abiertas las del manzano,
pero algunos años florecen a la vez. La miel resultante, o sea, una
mezcla de manzano y espino albar, cuando se puede obtener, se
considera como una de las del sabor más fino que pueda desearse.
El polen, blanquecino
pálido, del espino albar es recogido en abundancia por las abejas y
con frecuencia se le halla en la miel. Los granos, vistos al
microscopio, son semejantes a los del polen de manzano y rosal.
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