martes, 21 de marzo de 2017

Diente de león

Diente de león Taraxacum officinale

Es una de las plantas silvestres de más utilidad para los apicultores, ya que se la encuentra por todas partes y es asiduamente visitada por las abejas por su polen y néctar.
Puede vérsela en flor durante casi todo el año, pero florece en mayor abundancia a principios de temporada, antes de que aparezcan las flores de los frutales, precisamente cuando resulta de mayor importancia o valor al apicultor, sobre todo para el desarrollo de las crías. 
Se presenta con profusión en prados. de manera particular en terrenos calizos, pudiéndose ver los campos amarillos en la época de floración.
La miel de diente de león es de densidad variable y puede ser de un color amarillo obscuro o pálido. Cristaliza rápidamente, haciéndolo en granos gruesos; su sabor es fuerte, en particular cuando está fresca y el aroma es una reminiscencia del de la propia flor del diente de león, pero, a medida que la miel madura, va perdiéndose.
Como consecuencia, a los habituados a la miel de sabor suave, con frecuencia no gusta por su sabor fuerte.
El polen de sus flores es amarillo dorado pero puede parecer anaranjado fuerte en los canastillos de las abejas.
Por la noche y en tiempo nublado o lluvioso las cabezuelas se cierran, protegiendo así al polen y néctar e impide que sean arrastrados o estropeados por el rocío o la lluvia. La hora del día en que se abren las flores varía con la estación del año, haciéndolo mucho más temprano en pleno verano que en primavera y otoño.
Cuando el diente de león abunda en las cercanías de grandes huertas, puede ser un engorro y una molestia, ya que las abejas abandonarán con frecuencia las flores de los manzanos o perales en favor de las del diente de león, con detrimento de la polinización y correspondiente pérdida de fruta.
En muchos otros lugares es ésta una importante planta apícola o productora de miel.

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